Hechizos que neutralizan envidias y chismes

Si tienes problemas con amigos, vecinos, familiares… si sientes que los chismes y habladurías empañan tu imagen, no te preocupes a continuación te daremos unos rituales para ponerle fin a las malas lenguas. Y también te diremos como hacer para no convertirte tú también en una de esas personas…

Hablar mal de otro, chusmear… es una de las prácticas más antiguas que tenemos los seres humanos. Podríamos decir que esta en nuestra naturaleza.

A través de los chismes las personas se entretienen, llaman la atención del otro, Selene ganar cierto poder dentro de un grupo, y pueden hacer también mucho daño. Sobretodo, si los ingredientes base del chisme son las malas intenciones y la envidia.

El chisme es el relato verdadero o falso de alguien que esta ausente y que revela aspectos prohibidos o de índole personal que no se tiene derecho a divulgar.

Muchas veces, el chisme no conlleva mala intención, es un pasatiempo en sí, pero muchas veces viene cargado del deseo de perjudicar a alguien. De una manera u otra, el chisme solo es grato cuando involucra a otras personas, y en general, a nadie le guste que se rumoree por los rincones sobre su vida privada.

Para neutralizar la cháchara envidiosa y chismosa de compañeros de trabajo, vecinos y amistades, lleve a cabo los hechizos que le describiremos a continuación.

Vecinos molestos.

Podría decirse que el ámbito vecinal es uno de los más calientes en lo que tiene que ver con las habladurías. Manténgase a salvo de ellas llevando a cabo el siguiente hechizo.

Haga lo siguiente.

Tome varias piedritas pequeñas, simbolizando a sus vecinos. Puede incluso, escribir en ellas sus nombres.

Coloque estas piedritas en una botella pequeña  o frasco de vidrio transparente, una por una. A continuación cúbralas con arena y cierre de manera hermética el frasco.

Póngalo boca a bajo dentro de un pequeño bol, y rellene alrededor de sal gruesa. Mientras realiza este ritual, repita el conjuro para hechizar. Mudos quedan los vecinos como roca si mal hablan de mí, y si algún rumor se escapa de sus bocas en su contra vuelva dejándome impoluto de sus flechas venenosas.

Sacuda el frasco, y repita el conjuro las veces que lo necesite, pasado tres días cambie la sal, eche la sal gruesa vieja en un curso de agua.

Compañeros envidiosos.

Consiga un cierre relámpago de color rojo de unos 15 cm de largo.

Escriba en los bordes de tela los nombres de los compañeros de los que quiera protegerse.

Sobre el humo de un incienso, abra y cierre tres veces el relámpago conjurando. Abierta o cerrada de tu boca no salgan habladurías pesadas, con este conjuro tu envidia clausuro, antes que de mi hables, piénsalo tres veces porque te cerrare la boca por siempre.

Con un hilo rojo, cosa el relámpago cerrado todo a lo largo para que no se pueda volver a abrir.

Enrolle aperadamente el cierre y átelo con hilo rojo para que no se desenrolle.

Lleve este amuleto condigo al trabajo, guárdelo en un lugar muy seguro para que así nadie lo vea.

Amistades charlatanas.

Confeccione un pequeño muñeco de trapo, de unos 7 cm de alto en tela de color negra, y rellénelo con algodón.

Forre un vaso de vidrio con papel de aluminio, y colóquelo boca a bajo en el congelador de la heladera con el muñeco adentro.

Conjure mientras realice todo del siguiente modo. (Piense en la o las personas a las que quiere neutralizar). Tú eres charlatán, tu legua larga yo he de congelar y así no me ha de alcanzar. Si quieres de mí hablar, el eco de tu voz te aturdirá y con efecto numeran en tu contra volverá.

Déjalo así en la heladera. Si llega a enterarse de que esta persona, a pesar del hechizo ha hablado mal de usted, retire el vaso del congelador, colóquelo boca arriba con el muñeco dentro y llénelo de agua hasta hundir el muñeco diciendo: Mi orden desoíste, las consecuencias buscaste, y ahora en tus palabras te ahogaste. Con esto no le hará daño, pero de por seguro que ya no lo molestara mas.

A continuación te pasaremos un hechizo para que te midas en tus palabras y no te conviertas en una mas de esas personas las cuales le gusta el chisme, para que no caigas en la tentación de convertirte en una mas de esas personas.

Bocas protegidas.

Enjuaga tu boca con agua y bicarbonato, haciendo buches y gárgaras, entre cada uno, diga. Agua y sal limpien mi boca de palabras impropias.

Repita tres veces, luego unte sus labios con aceite de coco, o almendras o aceite de oliva, y mientras lo recorre con su dedo índice, recite. Con este aceite, protejo mis labios de la tentación del Diablo, jamás ellas ensucien mi lenguaje sagrado.

Bese inmediatamente una rama de canela y guárdela en su bolsillo envuelta en papel de seda.

Cada ves que se sienta a punto de caer en habladurías, saque la canela y bésela, humedeciéndola con su lengua hasta sentir su sabor y diga. A canela saben mis palabras que a ninguno dañan y a todos agradan.

Para vencer la tentación.

No confiamos en la gente muy discreta ni muy lengua suelta, tampoco nos caen bien aquellos que hacen un drama de todo. Así que evita por todos los medios colocarte tu en esta situación, la situación de volverse una persona chismosa despreciable. He aquí algunas sugerencias para que no se caiga en la maledicencia.

 Evita ocuparte de los problemas de los demás antes de que los tuyos.

Muérdete la lengua antes de pensar, decir o inventar algo de una persona, por la envidia, porque te cae mal…

No repitas lo que oyes, actúa con discreción, mejor tener fama de calladito, que tener famas de criticón.

Mientras mas hables, hay mas probabilidad de decir algo que te puede pasar después.

Asegúrate de que lo que vayas a decir sea verdad. De otro modo no podrás ayudar a nadie.

No te entrometas en los asuntos ajenos, esto te quita la gran oportunidad de hacer bien a otros.

No seas ociosa, hay mil maneras de emplear el tiempo.

Ofrece disculpas cuando te hayas equivocado. Es muy importante.

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