Oracion a Santa Rita
Dígale que necesita a la Virgen que concede imposibles.
Su verdadero nombre era Margarita, como diminutivo se uso Rita, era italiana nacida en 1383, en el pueblo de Casia. A los 15 años, quiso ser religiosa, pero sus padres no se lo permitieron, y la casaron contra su voluntad con un joven violento con el cual tuvo dos hijos. Luego de 18 años de matrimonio su marido muere asesinado y sus dos hijos deciden vengarlo. Rita le pide a Dios que prefiere que Él se los lleve antes de verlos asesinados. Los jóvenes se enferman y mueren. En 1413 entra en el convento de los Agustinos de Casia. Muere el 22 de mayo de 1457. Se dice de ella que es la “Abogada de los casos imposibles”, y que desde antes de nacer, su vida hizo honor a tal título. Ella misma fue fruto de la oración de su madre, ya que, aunque era estéril, dio luz a Rita. Para esta santa, no hay imposibles a la hora de hacer el Bien y la Justicia, Santa Rita hará todo para concedernos su mediación divina.
Ejemplo de perseverancia y fortaleza.
Durante su tortuoso matrimonio, Rita decidió adoptar una actitud alegre y comprensiva que fue suavizando con el tiempo el mal genio de su esposo. Cuando decide ingresar a la vida religiosa, es rechazada. Tres veces insiste y obtiene siempre la misma respuesta. Una noche, Rita escucha golpes en la puerta y una voz que le dice: “Rita, mi muy amada, vete ya, que ha llegado tu hora”. Jubilosa, sale por la pradera y se encuentra en unos instantes en el coro cantando oraciones con las religiosas agustinas. La abadesa se disgusta al verla y llama a la portera para reprenderla: “Es muy grave eso de dejar las puertas abiertas durante la noche; figúrese, hermana, que en vez de esa loca se nos mete una cuadrilla de malhechores” la portera asegura haber dejado todo bien cerrado. Van hacia la tornera y luego a la sacristana, y todas discuten abacoradamente. Rita pide hablar, y aclara todo lo sucedido. Ante este hecho místico, la admiten como religiosa. Siendo ya monja, un día, mientras rezaba frente a un crucifijo, tiene una visión. Sintió que de la imagen salía una imagen que la inundó interiormente y, como resultado de esta visión, se le quedó grabada en la frente una herida, que le duraría hasta su muerte.
En 1457 Rita enferma gravemente, pide que le traigan una rosa pero es invierno, y todo esta cubierto de nieve, una mañana en su casa paterna florece una rosa en medio de la nieve. Cayó enferma. Y le pidió a una hermana que le llevase un ramo de rosas, aunque no era el tiempo. No obstante se encontró un rosal florido. Igual ocurrió con los higos que solicitó. Por esta razón, la siguen llamando “Abogada de los imposibles”. Muere el 22 de mayo de ese año.
Pedido por la Salud.
Gracias a la intercesión de Santa Rita, muchas personas han recuperado su salud de manera milagrosa. La voluntad de la fe de una persona y el amor comprensivo de esta Santa pueden activar en usted el poder de autocuración. Realice una cocción de pétalos de rosa en agua mineral; luego de 10 minutos de hervor, cuele y conserve el líquido en un frasco de vidrio con tapa a rosa. Deje secar los pétalos y guárdelos en una bolsita blanca de muselina. Lleve a una iglesia cercana y sumerja en agua bendita el frasco y la bolsita, y en casa moje un algodón en el agua de rosas y realice con él una señal de la cruz en la frente, en el pecho, las muñecas y los tobillos de la persona a sanar. Mientras realice esto ore así: “Santa Rita que eres bendita, sana en cuerpo y alma a quien en la fe santa persevera, concédele el poder de vencer toda adversidad con el ejemplo de tu vida y tu protección divina. Amén”. La bolsita de pétalos debe dejarse bajo la almohada del enfermo, junto a una estampa de Santa Rita. Recuerde repetir el ritual del agua de rosas durante 22 días seguidos.
Casos Judiciales.
En esta celebración por la justicia necesitará un crucifijo, 5 estampitas de Santa Rita y una rosa blanca. Coloque sobre su altar de oraciones algunos papeles vinculados al caso que se necesita resolver, puede ser el titulo de propiedad de una casa, los papeles de un divorcio… Arriba apoye el crucifijo, luego las estampas y, finalmente la rosa blanca. Arrodillado con las manos juntas para orar, pídale así: “Rita, Abogada Santa de los casos imposibles, para ti que no hay causa perdida; tú, que comprendes a quien sufre en vida, intercede por mi para que se haga justicia, no paguen justos por pecadores, y se enmienden todos los errores. Amén.” Después rece un padre nuestro y tres Avemarías. Al finalizar, abroche las estampitas a distintas hojas. Ponga la rosa en agua hasta que se marchite.
Trabajo y Prosperidad.
Santa Rita, antes de ser monja, vivió la vida como cualquier mortal, conoció las dificultades que se atraviesan en el día a día en un hogar. Siempre las afrontó con devoción y alegría. Encuadre una estampa de Santa Rita y al reverso péguele esta oración. “Santa Rita, fuiste esposa, madre y sierva del Señor, sabes de mis necesidades, te pido ayuda en esta adversidad, a ti, que hiciste nacer higos y rosas en la nieve del invierno, enséñame el camino hacia la prosperidad. Confío en mí, confío en Ti y en nuestro Dios, en que pronto el trabajo con tu bendición vendrá. Amén.” Deje este cuadrito en un lugar a la vista de la casa donde pueda encenderle a una vela blanca o amarilla y ofrendarle a Santa Rita flores o frutos mientras recita su oración con fuerza y convicción.
Amor y Armonía.
Encienda una vela roja en su altar junto a una estampa y una medalla de Santa Rita, consiga pétalos de flores rosas, un sobre de color rojo, y agua vendita. Rocíe todos los elementos mientras ora de la siguiente manera: “Santa Rita, que del amor infinito y compasivo viviste, llevaste una sonrisa donde no había, y dulzura en medio del hastío, te pido que me bendigas con tu mediación divina, para que reinen siempre en mi entorno el amor y la armonía. Revierta la tristeza en alegría, el odio en perdón, la indiferencia en amor. Amén”. Bese la estampa y la medalla. Guarde la estampa junto con los pétalos dentro del sobre, y cuelgue a su cuello la medalla. Rocíe el sobre con perfume de jazmín, canela, rosas o frutillas y guárdelo entre sus objetos personales. Cada vez que lo necesite, saque del sobre la estampa apóyela sobre su pecho y la medalla, y recele a Santa Rita.
ANTORCHAS DEVOTAS:
La fecha litúrgica para homenajear a Santa Rita es el 22 de mayo, así como los 22 de cada mes. Las Celebraciones Ritianas en el pueblo italiano de Cascia aun hoy convocan una multitud y conllevan un gran despliegue de los devotos. Comienzan con un cortejo nocturno con antorchas, en memoria de la muerte de la santa: cuando el sol se pone, se encienden millares de lumbres en los edificios, en las calles y en los prados a lo largo del valle del río Corno. Por la mañana sucesiva, desde Roccaporena , el pueblo natal de Santa Rita, parte una procesión que se une en Cascia con un cortejo histórico, que celebra episodios de la vida de la Santa. El cortejo nace de los peregrinajes que hacía la población local para hacerle un homenaje a Santa Rita.
Rita era rechazada en el convento con el argumento de que era viuda y que solo se aceptaban mujeres vírgenes. Nunca se dio por vencida. Invocaba esperanza a sus tres santos preferidos. San Agustín, San Nicolás y San Juan Bautista. Cuando por cuarta vez se dirige al convento, finalmente es aceptada.
Como buena hermana agustiniana, Rita dedicó su vida religiosa a atender a las enfermas y a orar por la conversión de los pecadores.
EL LEGADO DE SANTA RITA
Santa Rita es por excelencia la patrona de los imposibles y es una de las santas con más devoción en el mundo. Y no es por casualidad o moda, los fieles reconocen en ella las máximas virtudes de bondad y sacrificio. Así fue un modelo en todas las situaciones de la vida: como joven por sus ideales, como esposa y madre, como viuda, y finalmente como religiosa en el Convento de las Agustinas de Cascia. Durante el periodo de las Celebraciones Ritianas, personas del todo el mundo, siguiendo el mensaje de pacificación que la Santa dejó en el corazón de cada uno, llegan a Cascia para recordar a esta mujer humilde, inamovible en su fe y determinada en su intento de poner paz dende no hay violencia.